La vida en la línea
En 1953, una guerra de tres años en la Península de Corea, al este de Asia, finalizó con un acuerdo de cese de fuego. El acuerdo estableció un área que dividía a los dos países en la península: Corea del Norte y Corea del Sur. Esta área se llama la zona desmilitarizada, o DMZ (por sus siglas en inglés). Las personas tienen prohibido entrar enla mayor parte de este estrecho de tierra, el cual tiene 155 millas de largo y más de dos millas de ancho.
Hoy, Corea del Sur es una democracia vibrante, mientras que Corea del Norte permanece una dictadura. En ambos lados de la DMZ, soldados armados patrullan la frontera tensa entre ambos países.
Pero dentro de la DMZ, la vida es serena. Sin el contacto humano, la vida salvaje ha florecido. Los bosques se recuperaron después de ser destruidos en la guerra, y los animales crecen. Durante las últimas seis décadas, el área se ha convertido inintencionalmente en un santuario de vida salvaje.
Según el Ministerio de Medioambiente de Corea del Sur, la DMZ es el hogar de 5,097 especies de plantas y animales, 106 de las cuales están designadas como en peligro de extinción o protegidas. Estas incluyen mamíferos como el ciervo almizclero o el oso negro asiático.
La grulla de coronilla roja es una de las especies de aves que encontró refugio aquí. Esta criatura en peligro de extinción está amenazada por la pérdida de hábitat. Pero cada invierno, un gran número de grullas de coronilla roja migran a la DMZ.
J & C SOHNSGeorge Archibald es el cofundador de la Fundación Internacional de Grullas. Dijo a TIME for Kids que, en 2019, alrededor de 1,400 grullas de coronilla roja pasaron el invierno en esta región. Esto es casi la mitad de la población mundial del ave.
En marcha
Uk-Bae Lee vive en Corea del Sur, y es el autor e ilustrador de un libro llamado When Spring Comes to the DMZ (Cuando la primavera llega a la DMZ). Por medio de un traductor, Lee le contó a TFK sobre marchar en la DMZ cuando estaba en el ejército. “Recuerdo estar de guardia en la frontera, mirando hacia la DMZ”, dice. “Mi corazón estaba lleno de dolor por la división sobre esta tierra hermosa”.
Los dos países están trabajando para reparar su relación. El progreso es lento e incierto. Algún día, la DMZ puede que no sea necesaria. Pero los conservacionistas están urgiendoa los funcionarios coreanos a continuar protegiendo su vida salvaje. “Las cosas hermosasque son creadas por la naturaleza, como las grullas, si son destruidas, podrían desaparecer para siempre”, dice Archibald.