Carga hacia delante
¿Viajas en un autobús escolar? Si no lo haces, quizás conoces a alguien que viaje. En Estados Unidos, más de 25 millones de estudiantes andan en uno cada día, según el Consejo Estadounidense de Autobuses Escolares. Esto es más de 480,000 autobuses en las calles. La mayoría de ellos funcionan con combustible diésel.
Como la gasolina, el diésel es un producto hecho de un combustible fósil. Es malo para el medioambiente. Las emisiones de diésel polucionan el aire. También pueden causar o empeorar problemas de salud, como el asma.
“Sea que los niños estén en el autobús o solo cerca de autobuses en marcha, están expuestos a vapores de diésel”, dijo Matthew Casale a TIME for Kids. Él es el director de la campaña Transporte del Siglo 21 para el Grupo de Investigación de Interés Público de Estados Unidos. El grupo espera inspirar sistemas de transporte ecológicos al alentar el cambio a autobuses escolares eléctricos.
Los autobuses eléctricos funcionan con baterías. Se enchufan en estaciones de carga y pueden andar por 150 millas con una carga sola. ¿La mejor noticia? No emiten gases.
“Nuestro objetivo ambicioso es que el 100% de los autobuses escolares sean eléctricos a 2030”, dice Casale.
Vehículos nuevos
Algunos distritos escolares en California, Massachusetts y Minnesota ya empezaron a probar autobuses escolares eléctricos.
En la Ciudad de Nueva York, el concejal Rafael Espinal aseguró $1.5 millones para un “puñado” de autobuses eléctricos para el año escolar 2019–2020.
“Pensé que tiene sentido revisar cómo podemos electrificar nuestro sistema de autobuses escolares y mejorar la calidad del aire para nuestros estudiantes, pero también ser un contribuidor a la lucha para combatir el cambio climático”, dice Espinal.
El cambio no será barato. Un autobús típico de diésel puede comprarse por alrededor de $400,000, mientras que un autobús eléctrico cuesta alrededor de $750,000. Muchos distritos escolares no pueden permitirse el gasto adicional.
Sin embargo, los autobuses escolares eléctricos pueden costar menos a largo plazo. Según el Departamento de Energía de EE.UU., cuesta menos viajar en un vehículo eléctrico que en uno que funciona con diésel.
Para Casale, la elección es clara. El diésel es inaceptable, dice, “cuando sabemos qué malo es para los niños y sabemos que hay mejores opciones disponibles”.