El camión viajaba por las carreteras de California. Analistas en Washington, D.C., lo observaban de cerca. Ellos sabían el estado de su carga: la vacuna de COVID-19. La vacuna se almacenaba en bandejas. Estaba empaquetada con hielo seco, sensores y dispositivos de rastreo.
PAUL SANCYA—GETTY IMAGES/POOLPfizer fue la primera compañía en enviar las vacunas de COVID-19 en Estados Unidos. Esto fue en diciembre de 2020. Sus dosis deben conservarse congeladas a menos de temperaturas normales.
Los analistas vieron un problema. Dos bandejas estaban muy frías. Se le dijo al conductor que no las entregara. “Nunca salieron del camión”, dijo Gustave Perna. Él dirige la logística del programa de vacunas de EE.UU.
MICHAEL CLEVENGER—GETTY IMAGES/POOLEnviar la vacuna de COVID-19 es difícil. Mantenerla congelada lo es aún más. Por lo que se usa tecnología para rastrearla.
Tecnología útil
SCOTTY PERRY—BLOOMBERG/GETTY IMAGESCada caja de la vacuna de Pfizer tiene un dispositivo de GPS. Además, tiene un control de temperatura. Y tiene un código de barra. Si las dosis van al lugar equivocado o se calientan o enfrían demasiado, los funcionarios lo saben.
Otra vacuna, de la compañía Moderna, ha sido autorizada. Hay más en camino. Para estar al día, el gobierno creó un software. Se llama Tiberius. Ayuda a las agencias a seguir las vacunas. “Ellas pueden entrar y obtener información muy detallada”, dice Deacon Maddox. Él trabaja para el programa de vacunas de EE.UU.
JESSICA RINALDI—THE BOSTON GLOBE/GETTY IMAGESLas primeras personas en recibir la vacuna fueron los trabajadores de atención médica y las personas mayores. Hasta con el trabajo de la tecnología, las vacunas no estarán disponibles para la mayoría de los adultos en EE.UU. hasta por lo menos el comienzo de esta primavera.
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